
Foto: © LSM 2021
Si se mira bien, en muchos paquetes hay unos cuadraditos de colores, escondidos en la solapa. Aunque son muy bonitos, solo están ahí para que el impresor compruebe cada una de las tintas que ha utilizado. En teoría, con cian, magenta y amarillo, se podrían representar todos los colores del mundo, pero en la práctica hace falta añadir negro para que los oscuros sean intensos. Además hay algunos colores especiales, como el verde esmeralda, que sólo se consiguen añadiendo una tinta extra.

Para conseguir distinguirse de los demás, muchos envases emplean esos colores especiales, porque llaman la atención de los compradores y diferencian unas marcas de otras. Ese cuadradito extra es pequeño, pero muy poderoso, porque guarda el secreto de porqué una empresa vende millones de sus productos.